Tenía Isis unos cinco años. Era verano. Después de pasar una deliciosa tarde en una playa del sureste de Gran Canaria, paramos para merendar. Tengo la imagen grabada en mi retina por lo bella,por lo tierna, por lo entrañable.. La luz que te regala el sol cuando se dispone a caer es inigualable, máxime por estas latitudes, verla a ella bañada por esa luz se me antejaba un regalo de incalculable valor. Mi niña incansable de incontables rizos rubios .De repente, mientras masticaba su bocadillo y con la mirada perdida a lo lejos me dijo:
―Mamá, me pregunto,¿ detrás de la raya del horizonte que hay? ¿Una cascada?
Cascada no sé, pero carcajadas hubieron unas cuantas, la de los que escucharon tamaña buena pregunta con aquella inocencia y naturalidad de quién está descubriendo el mundo.
Ya lo saben pero lo digo de nuevo.
La adoroooooooooo
Teresa Delgado © 2015
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