NANA DE LA LUNA


sábado, 4 de diciembre de 2010

EL TAZÓN DE MADERA

El viejo se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto cuatro años. Ya las manos le temblaban, su vista se nublaba y sus pasos flaqueaban. La familia completa comía junta en la mesa, pero las manos temblorosas y la vista enferma del anciano hacían el alimentarse un asunto difícil. Los guisantes caían de su cuchara al suelo de y cuando intentaba tomar el vaso, derramaba la leche sobre el mantel. El hijo y su esposa se cansaron de la situación. "Tenemos que hacer algo con el abuelo", dijo el hijo. "Ya he tenido suficiente. Derrama la leche, hace ruido al comer y tira la comida al suelo". Así fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor. Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba la hora de comer. Como el abuelo había roto uno o dos platos, su comida se la servían en un tazón de madera. De vez en cuando miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver una lágrima en sus ojos mientras estaba ahí sentado sólo. Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigía, eran fríos llamados de atención cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida.

El niño de cuatro años observaba todo en silencio. Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con trozos de madera en el suelo. Le preguntó dulcemente: "¿Qué estás haciendo?" Con la misma dulzura el niño le contestó: "Ah, estoy haciendo un tazón para ti y otro para mamá para que cuando yo crezca, ustedes coman en ellos."Sonrió y siguió con su tarea. Las palabras del pequeño golpearon a sus padres de tal forma que quedaron sin habla. Las lágrimas rodaban por sus mejillas. Y, aunque ninguna palabra se dijo al respecto, ambos sabían lo que tenían que hacer. Esa tarde el esposo tomó gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta a la mesa de la familia. Por el resto de sus días ocupó un lugar en la mesa con ellos. Y por alguna razón, ni el esposo ni la esposa parecían molestarse más, cada vez que el tenedor se caía, la leche se derramaba o se ensuciaba el mantel.

Cuentos de oriente




El pequeño espacio en el corazón

"El pequeño espacio del corazón es tan grande como el universo. Allí están el cielo y la tierra. Y el sol, la luna y las estrellas. El fuego y el rayo y el viento están allí. Y todo lo que es y lo que no es."
Los Upanishads
Tomado de la página de Begoña Ibarrola, con quien realicé  un taller de "educar en valores a través de los cuentos" el pasado año y que resultó ser hermoso, enriquecedor, recomendable.



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domingo, 28 de noviembre de 2010

VOLEM VERSOS

 "El árbol y los libros" Teresa Delgado (Pags 36-37)
Ilustración: Gozia Mosz il.
Biblioteca Pública Concentaina


Cuentacuentos "Mis regalitos"

Fórmules de final i acabament dels contes / Fórmulas de cierre i final de los cuentos

Conte contat, conte acabat (il·lustració d'Alberto Montt)

 Ahir parlàvem de les fórmules d'inici dels contes, paraules màgiques que tenen el poder de obrir la porta al món de la fantasia i que són el primer pas per a captar l'atenció dels nostres oients. Hui us fiquem les fórmules de termini o acabament. En aquest cas tenen el poder de tancar la narració i deixar als oients la porta oberta per a tornar a la realitat. Són fórmules necessàries, que també van perdent-se. Cal recuperar i difondre aquestes paraules i frases que formen part del nostre ric folklore. Cóm? Doncs contant moltes històries i utilitzant-les.

Hem fet una selecció en català, en castellà i en gallec.

Fórmules d'acabament i termini dels contes

Conte contat, conte acabat.
El conte s'ha acabat i aquí m'he quedat.
Conte contat, conte acabat i aixeca la mà si t’ha agradat .
Rondalla explicada, rondalla acabada.
I això és tan veritat com que el conte s'ha acabat.
I van ser feliços i van menjar tots anissos.
I varen ser feliços molts i molts anys.
I el que no ho vulgui creure que ho vagi a veure.
Aquest conte s'ha acabat i si no és mentida és veritat.
Catacric-catacrac conte acabat.
Catacrac-catacric, conte finit.
I és un gos i és un gat i aquest conte s'ha acabat.
I vet aquí un gat i vet aquí un gos i aquest conte ja s'ha fos.
I darrere la porta hi un plat de confits que tots els llaminers hi posen els dits.
A la cric-cric, el conte ja està dit; a la cric-crac, el conte està acabat.
I catacric-catacrac, el conte s'ha acabat. I tuuuuuuuuuut...ja l’he perdut.
I darrere la porta hi ha un plat de confits, que tots els llaminer fiquen el dit.
Una reina tenia tres filles: una mandarina, una tarongina, una melmelada i
aquesta història s'ha acabada.
Conte contat ja s'ha acabat i per la xemeneia se’n va al terrat.
Conte contat, per la xemeneia s'ha escapat
Conte contat, conte acabat, qui no s’alci té el cul foradat
I a la ric, ric, ric, el conte ja és finit.
I cric-crac aquest conte s'ha acabat; aquó planto un soc per tornar un altre cop.
I el gall va fer quiquiriquic, i  el conte ja està dit.
I el gall va fer cacaracac, i el conte està acabat.
Lo gal cantet e la sorneta finiguet (El gall cantà i el conte s'acabà)
I tot això és tan cert com que tot el que és madur no és verd; i tot això és tan segur com que tot el que és verd no és madur.
Fot un gròs pet et s'ensauvet
I darrere la porta hi ha un fus i s'ha acabat. Amen Jesús. 
Pel bon fat i el mal fat que ma mare m'ha donat, que tot el que digui siga veritat.
Passi per mon prat, mon conte es acabat
Aquest és el conte del gat pelat, pegues un bot i ja s'ha acabat
Això es dit i jo ho he vist
Això era, per tu un sac de diners i per mi un altre tant més
Allà lluny veig un llumeneró blau, bé arribaran si a Déu plau
Si aquesta es vera, el cap se li torni de cera
Un per allà, altre per ací, no m'heu donat res pel camí
I tot això és tan veritat com si no hagués passat.
I mig món diu que sí i l'altre mig diu que no, i aneu a saber qui te raó; i si el conte t'ha agradat, dona'l per ben escoltat.
I si no són morts, són vius. I si no són vius, són morts
I tot això és tan veritat com que la rondalla s'ha acabat. I si us ha agradat, bé, i si no, també.
Bé, i ara prou, que si us deia tot el que sé, un altre dia no us podria explicar res.
La rondalla està acabada, si us plou mengeu-se la torrada; si per cas no us agrada tireu-la dalt la teulada
I aquest conte que jo he dit és per al més eixerit, i aquest conte que hem contat, és per al més espavilat. I serà el més eixerit qui dirà quiquiriquic.
I jo vaig venir per poder-ho dir, i jo vaig anar per poder-t'ho explicar, perquè si no hagés vingut, no ho hauries sabut
Entre un gat i un gos aquest conte ja s'ha fos
Si aquesta rondalla t'agrada, menja-te-la fregida. Si fregida no t'agrada, menja-te-la torrada. Si tampoc no t'agrada, menja-te-la pelada. I si encara no t'agrada, llença-te-la per dalt de la teulada.


Así que esto pasó, ya mi cuento acabó (il·lustració de Teresa Ramos)

Fórmulas de final o cierre de los cuentos

Y así se acabó el cuento / Y se acabó
Ahí terminó la historia
Y así ya ha terminao
Así que esto pasao, ya se acabó mi cuento / Y con esto se acaba el cuento
Y nada más / Y no pasó nada más / Y ya no hay más
¡Ea! / ¡Ea, ya está!
Y este cuento se ha acabado / Con que ya mi cuento se ha acabado / Y ya está el (mi) cuento acabado / Este es mi cuento acabao
Y chache!
Hasta que este cuento se acabó
Y ese cuento sacaron 
Colorín colorado, cuento acabado
Colorín colorado, este [mi] cuento se ha acabado
Colorín colorado, este cuento está acabado
Y el cuento colorado ya se ha acabado Y este cuento colorao por mi boca se ha escapao
Así que esto pasó, ya mi cuento se acabó
Y colorín colorete, el cuento se hizo cohete
Colorín colorao, colorín colorete, por el bocín salió un cohete  
Colorín colorao, cuentecito rematao, y el que no alce el culo se lo ha chamuscao. Yo, que lo alcé, no me lo chamusqué
Y ya está mi cuento acabado y mi culito chamuscado
Y a quien no levante el culo se le queda pegado
Y colorín colorete, por la chimenea sale un cohete y al que no alce el dedo, un cachete
Y colorín colorete, por la chimenea sale un cohete y por el portal siete
Cuento contao, cuento acabao, por la chimenea se va al tejao, y del tejao al pozo para que no lo escuche ningún mocoso
¿Te ha gustao? Pues por eso te lo he contao
Y fue por un caminito y fue por otro y si este cuento te gustó, mañana te cuento otro
Y entra por el sano y sale por el roto, el que quiera que venga y me cuente otro
Y aquí se rompió una taza y cada quien para su casa
Y como dice don Crispín, este cuento llegó a su fin
Y aquí termina esta historia, más larga que una zanahoria
¿Y el burro? Pues álzale el rabo y bésale el culo
Y se ahogó la zorra. Y ¡chachipiritorra! 
Y se acabó el cuento con ajo y pimiento
Con sal y pimiento se acabó el cuento
Y se acabó mi cuento con pan y rábano tuerto
Y ya se acabó el cuento con pan y pimiento y alcaravea para el que no lo crea
Y ya se ha acabado el cuento con pan y pimientos y rábanos asados, y el que esté de pie...
Y este cuento se ha acabado, de pan y pimiento y rábanos asados ¡y en el techo está colgado!
Y se acabó el cuento con pan y pimiento, y rábano asao para el que lo ha escuchado
Y se acabó el cuento con pan y pimiento. Se agarró la zapa al culo que esté sentado. Y se levantó, se achicharró. ¡Ea! Ya se acabó
Aquí se termina el cuento con miguillas de pan y rábanos tuertos para mañana almorzar
Y con esto y el cesto lleno con pan y pimientos y rabanillos tuertos se acaba este cuento
Y se acabó el cuento con pera y pimiento
Con pan y pimiento asado este cuento se ha acabado
Y se acabó el cuento con pan y pimiento y rabanillos tuertos
Y aquí se acabó el cuento con pan y pimiento y rábanos tuertos, y el que quiera más que vaya a mi huerto. Toma un poquito de alcaravea para que tú mañana lo veas
Y un granito de sal para acabarlos de engañar 
Vivieron felices y comieron perdices
Se casaron, vivieron felices y comieron perdices, y a mí no me dieron porque no quisieron [porque no les dio la gana]
Y vivieron felices y comieron perdices, y a nosotros nos dieron con el plato en las narices
Y vivieron felices y comieron perdices, y a mí me dieron con los huesos en las narices
Y vivieron felices, comieron perdices y yo no las comí porque no las quise
Y fueron felices, comieron perdices, y a mí me dieron las patas y no las quise
Comieron tantas perdices que se empacharon
Y vivieron muy felices. Se comieron, lo menos, media docena de perdices
Y ellos ya vivieron felices y comieron perdices y guardaron una patita para mí, y como no fui no la comí
Y todos comieron perdices y vivieron felices y contentos, y a mí me dieron un rábano tuerto 
Y yo fui y vine y no me dieron ni para unos botines, y fui otra vez y me dieron pluma y papel
Y yo fui y vine y me dieron los botines [patines] para los pies y en el camino los destrocé
Y yo fui y vine y sólo me dieron para unos botines y, como eran de papel, por el camino los destrocé
Y yo vine y me dieron unos zapatos de papel para que en el camino lo pudiera yo ver
¿Y qué me dieron? Unos zapatitos de afrecho; les soplé y se me fueron al techo
Y yo fui y volví y sólo me dieron unos zapatos de manteca que se me derritieron en el camino
Y a mí me dieron un sebo, pero en el camino por donde venía se me derritió y llegué a casa sin nada
Ya no vi más porque me había hecho mi padre unas albarcas de manteca, y como hacía mucho calor, se me deshacían y me quedaba descalza y me tuve que venir
Y ellos se repartieron el oro y a mí me dejaron pobre para contarlo
Y yo, después de tanto ver, me vine a mi casa, y ellos se quedaron muy contentos y felices
En fin, que ellos se disfrutaron muchos años y yo me vine aquí
Y a mí me enviaron aquí a que te lo contara a ti 
Y yo estuve allí y de una patada me enviaron aquí
Y cuando yo marché de aquel pueblo todavía quedaban bailando
Y yo, al ver eso, me unté los zapatos con grasa y me vine corriendo para casa
Yo me vine y allí se quedaron / Y yo me vine y los dejé allí
Y yo me vine y no me dieron ni para un cigarrillo
Ya fueron ellos a su palacio, unos a un lado y otros a otro, y yo fui y no me dieron ni el mandao
Se acabó el cuento y yo fui a la muerte del amo, pero nada me dieron
Del frite que se comieron me tiraron con un hueso en el tobillo, que aguate me rompen un colmillo
Y yo me vine aquí y no vi más. Y yo me vine y los dejé, y no sé qué habrá sido de ellos
Y cuando estaban en lo más bonito del sueño, vino el día y los despertó 
Y fue cosa de cuento
Ellos allá y nosotros acá
Nuestros cuentos en Flandes
Y todo nuestro relato, mentira
Chistera, chistera, este cuento está fuera
¿Qué hay en la plaza? Calabazas. Pues cada uno pa su casa. ¿Y qué hay dentro? Pipitas. Pues cada uno pa su casita
Y cada uno se fue a su casa
Y por un agujero entro y me salgo por otro. Y el que contó este cuento contará otro
Se acabó el cuento y se lo llevó el viento y se fue por el mar adentro
Y así pasaron muchos años hasta que este cuento se perdió entre castaños
Y este cuento se perdió; cuando lo vuelva a encontrar te lo volveré a contar 
Quien no quiera creer esta historia verdadera, que su cabeza se le vuelva de cera
Si es mentira, que se te vuelva todo un saco de harina; si es verdad, que se te vuelva saco de pan
Nuestros reyezuelos, hueso en la espalda   

     
Acabouse o conto e levouno o vento (il·lustració de Jon Keegan)

Fórmulas de final o acabado dos contos                                                                    


Foron felices, comeron moitas perdices e a min déronme coa porta nos narices.
E viviron felices moitos anos.
E colorín colorete, pola cheminea vai un foguete.
E viviron felices para sempre.
E viviron felices ata o final dos seus días.
Colorín colorado, este conto xa está acabado.
E así será para sempre.
Entón, o galo cantou e este conto rematou.
Acabouse o conto e levouno o vento…


de Biblioteca Pública Cocentaina CiberBiblioteca, el sábado, 27 de noviembre de 2010 a las 23:09

Mi final de cuento preferido es muy clásico, me encanta el colorín colorado este cuento se ha acabado, pero improviso siempre alguna sorpresa

Cuéntenles cuentos


A los padres, madres, maestras y maestros
Cuéntenles cuentos
“Tal vez el tiempo, que siempre va tan de prisa, borre en sus estudiantes los rostros de ahora y las coordenadas de aquel salón donde ustedes les leen cuentos, sin pedirles nada a cambio, salvo sus caras de expectación, terror, asombro o deleite... Pero quizás cuando sean grandes lectores se acuerden de algún cuento entrañable que los marcó para siempre y de una voz que decía: “Érase una vez, en un país muy lejano...”
Y nadie estará ahí para ponerles una condecoración ni una medalla al mérito ni para dar fe del milagro. Pero así es como se van haciendo los lectores: cuerpo a cuerpo: cuerpo y alma, en una habitación o en un salón de clase. Cuento a cuento. Y uno por uno. Por: Yolanda Reyes
Charla para los maestros, con ocasión del lanzamiento de Cuentos para siempre de la colección “Libro al Viento”, del Instituto Distrital de Cultura y Turismo. Biblioteca Virgilio Barco. Bogotá, Colombia. Junio 18 de 2004

de Teresa Delgado Duque, el Viernes, 16 de octubre de 2009 a las 17:05

MIS PROFES "PREFES"


HISTORIAS PARA CAMBIAR EL MUNDO 2012

Teresa Delgado en " LA VOZ HISPANA DE NEW YORK"

Entrevista realizada por la columnista Zenn Ramos en la Pag.23 de la sección: Oteando sobre Arte,cultura y poesía del periodico "La voz hispana de New York.

Historias para cambiar el mundo

VOLEM VERSOS



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"El árbol y los libros" Teresa Delgado (Pags 36-37)

Ilustración: Gozia Mosz il.

Biblioteca Pública Concentaina


Cuentacuentos Barlovento La Palma

La noche de las letras ( Cuento corto: "¿Jugamos?" pag 38-39 )

Quizá solo quizá, ya los sueños sean más importantes que los proyectos, las casas se puedan comenzar a fabricar por los tejados, los búhos no lo sepan todo y decidan empezar a doblegar sus egos y las hormigas puedan jugar con los osos hormigueros.

21 de Junio 2012, contando para cambiar el mundo