"El Principito" es más libre |
Tomado de:
http://www.librosyletras.com/
Qué:
Escritores fallecidos en 1934, 1944 o 1964 que pasan a dominio público, ya
libres de derechos de autor. Autores: Ian Fleming, Milena Jesenská, Flannery
O’Connor, Santiago Ramón y Cajal, Antoine de Saint-Exupéry, Ignacio Sánchez
Mejías... Año: 2015.
No solo se
celebró el Día Internacional de la Resaca o el del Almuerzo con las Sobras de
Anoche, sino que se conmemoró el Día del Dominio Público: una particular
festividad con la que se recuerda que centenares de obras se liberan de los
derechos de autor. Acudimos a la Wikipedia, que ofrece una definición precisa:
el derecho de autor es un conjunto de normas jurídicas y principios que afirman
los derechos morales y patrimoniales que la ley concede a los autores, por el
solo hecho de la creación de una obra literaria, artística, musical, científica
o didáctica, esté publicada o inédita.
De esta
forma, pinturas, películas, fotografías, partituras o nuestro negociado, los
libros, pueden compartirse -y usarse- libremente, sin rendir cuentas a los
herederos de sus creadores, aunque nunca despojándolos de sus derechos morales,
es decir, aquellos ligados al autor de manera permanente y son irrenunciables e
imprescriptibles, de nuevo según la Wikipedia.
La joya de
la corona de entre los escritores que pasan a dominio público es Antoine de
Saint-Exupéry, fallecido en accidente de avión el 31 de julio de 1944, y cuya
obra se inscribe ya en el listado de las creaciones de acceso libre, lo que
significa que cualquiera puede publicarlas, traducirlas o adaptarlas sin pagar
a sus herederos. De hecho, ya se ultima una película de animación basada en El
Principito, y la editorial española Berenice ha anunciado la publicación
del que fuera su primer superventas, la novela Vuelo nocturno.
Sin embargo,
quienes deseen inspirarse en El Principito no lo tendrán tan fácil.
Saint-Exupéry murió sin hijos, ante lo cual su viuda dejó como heredero a su
secretario, copropietario de los derechos de autor junto a los sobrinos del
escritor. Sus herederos de sangre han registrado todas las figuras
significativas de la obra, tanto los personajes como las ilustraciones, por lo
que quien desee utilizar el mismo título de la novela deberá pasar por caja.
Otro de los
escritores cuya obra podrá ser compartida y publicada libremente es Ian
Fleming, creador de un personaje más famoso por el celuloide que por el papel:
James Bond. El escritor y periodista británico murió el 12 de agosto de 1964,
dejando doce novelas y dos libros de cuentos con el irresistible espía como
protagonista. Casino Royale (1953), Vive y deja morir (1954), Goldfinger
(1959) o El espía que me amó (1962) son algunos de los títulos que le
permitieron retirarse a Jamaica, aunque también firmó otro libro para niños con
inolvidables resonancias cinematográficas: Chitty Chitty Bang Bang (1964).
Los amantes
del relato corto conocerán bien la obra de la estadounidense Flannery O’Connor,
fallecida el 3 de agosto de 1964, y escritora fundamental para entender la
literatura sureña de su país. Aunque también publicó novelas -una de ellas, Sangre
sabia (1952), fue adaptada al cine en 1979 por John Huston-, sus dos libros
de relatos le granjearon la fama, acercándola a escritores con los que
compartió tiempo y atmósfera, como William Faulkner o Carson McCullers. En
español se tradujeron como Un hombre bueno es difícil de encontrar
(1955) y Las dulzuras del hogar (1965). La obra de Flannery O’Connor,
pues, también se suma al listado de nuevos escritores en dominio público.
Otra mujer
de letras cuyo trabajo se libera para aquellos que quieran difundirlo es el de
la checa Milena Jesenská, fallecida el 17 de mayo de 1944. Traductora,
escritora y periodista, sus artículos y crónicas reflejaron el ambiente de
entreguerras con una particularísima armonía entre la originalidad y el
compromiso. Su relación con Franz Kafka supuso un episodio más en una vida
apasionante que quizá atraiga a los editores más curiosos, ahora que ya no
deben pagarse los derechos de autor.
Todos los
países europeos -salvo uno-, además de Argentina, Brasil, Chile o Perú, cuentan
un plazo de setenta años desde la muerte de su autor; el otro plazo más
habitual es de cincuenta años desde la muerte del autor, contemplado en países
como Canadá o Uruguay.
Una de las
excepciones es España, donde la Ley de la Propiedad Intelectual de 1879 fijaba
el plazo en ochenta años tras la muerte del autor. Esto se ha respetado en el
caso de todos los autores fallecidos antes del 7 de diciembre de 1987, fecha en
la que se aprobó la “nueva” ley: hasta 2057, España no equiparará sus plazos a
los demás países europeos. Esto impide, por ejemplo, que este año se liberen
los derechos de autores fallecidos en 1944, como Joaquín Álvarez Quintero o
Enrique Díez-Canedo. En la web de la Biblioteca Nacional de España se puede
consultar el listado de autores que entran en dominio público este año, ya que
murieron en 1934. Entre ellos destacan Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel de
Medicina fallecido el 18 de octubre de 1934, y el torero y escritor Ignacio
Sánchez Mejías, protagonista del llanto de Federico García Lorca, muerto el 13
de agosto de 1934.
Eso sí, si
quieres utilizar -publicar, traducir, adaptar o remezclar- de forma gratuita la
obra de Antoine de Saint-Exupéry, Ian Fleming, Flannery O’Connor, Milena Jesenská,
Santiago Ramón y Cajal, Ignacio Sánchez Mejías o tantos otros, recuerda que ya
se han incorporado al dominio público. ¡Eres libre!
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