Después de su participación en la atrevida, colosal y fallida construcción de la torre de Babel, Joan se opuso rotundamente a construir escalones de subida. Aún resentía el castigo de haber perdido la zeta de su léxico. El tartamudeo era notable al hablar aquel idioma de los dioses. Como constructor y ebanista especializado, prefirió mil veces construir escalones de bajada para no ofender al cielo y evitar daños y castigos imprevistos. Transportó el martillo, los ladrillos, la madera, el acero, el cemento, la varilla y todo lo que pudo en el elevador; y, comenzó su jornada de trabajo entusiasmado, desde arriba. Las nubes le estorbaban.
Paul Jr Paniagua
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Sin Trompo de Poner
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