-- A ver niñas, sientense aqui a contar hisrorias.
y como por arte de magia se hizo un silencio, se sentaron en círculo y se pusieron a contarse historias mientras yo me sorprendí a mi misma sonriendo como la niña en el salón de mi abuela, alborotando con mis primas y primos los sábados por la tarde cuando ibamos a visitarla. Recorde la poderosamente arrulladora voz de mi abuela que llegaba a decirnos:
-- A ver niños, sientense ahí a contar historias
Puesto que lo que decía mi abuela iba a misa ,nosotros inmediatamente nos poníamos a contarnos historias. Si cierro los ojos aún puedo recuerdar la calidez de aquellas tardes,el aroma del café mezclado con el rumor de los secretos de las mujeres en la cocina, el sonido grave de las voces de los hombres en el salón, y la voz de alguno de nosotros diciendo
-- Ahora te toca a ti
Si, aún recuerdo lo entrañable que se volvían las horas contando historias.......... yo aún continúo haciendolo.
Teresa Delgado