Julio César Puppo, llamado El Hachero, y Alfredo Gravina, se encontraron al anochecer, en un café del barrio de Villa Dolores. Así, por casualidad, descubrieron que eran vecinos: —Tan cerquita y sin saberlo. Se ofrecieron una copa, y otra. —Se te ve muy bien. —No te vayas a creer. Y pasaron unas pocas horas y unas muchas copas hablando del tiempo loco y de lo cara que está la vida, de los amigos perdidos y los lugares que ya no están, memorias de los años mozos: —¿Te acordás? —Si me acordaré. Cuando por fin el café cerró sus puertas, Gravina acompañó al Hachero hasta la puerta de su casa. Pero después el Hachero quiso retribuir: —Te acompaño. —No te molestes. —Faltaba más. Y en ese vaivén se pasaron toda la noche. A veces se detenían, a causa de algún súbito recuerdo o porque la estabilidad dejaba bastante que desear, pero en seguida volvían al ir y venir de esquina a esquina, de la casa de uno a la casa del otro, de una a otra puerta, como traídos y llevados por un péndulo invisible, queriéndose sin decirlo y abrazándose sin tocarse. Eduardo Galeano |
NANA DE LA LUNA
sábado, 30 de julio de 2011
Cronica de la ciudad de Montevideo de Don Eduardo Huges Galeano
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HISTORIAS PARA CAMBIAR EL MUNDO 2012
Teresa Delgado en " LA VOZ HISPANA DE NEW YORK"
Entrevista realizada por la columnista Zenn Ramos en la Pag.23 de la sección: Oteando sobre Arte,cultura y poesía del periodico "La voz hispana de New York.
Historias para cambiar el mundo
VOLEM VERSOS
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"El árbol y los libros" Teresa Delgado (Pags 36-37)
Ilustración: Gozia Mosz il.
Biblioteca Pública Concentaina
La noche de las letras ( Cuento corto: "¿Jugamos?" pag 38-39 )
Quizá solo quizá, ya los sueños sean más importantes que los proyectos, las casas se puedan comenzar a fabricar por los tejados, los búhos no lo sepan todo y decidan empezar a doblegar sus egos y las hormigas puedan jugar con los osos hormigueros.
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